Este podría ser un artículo de opinión bastante fácil de hacer. Simplemente contar mi experiencia, compadecerme de mi mala suerte y dale una patada a la pared o un puñetazo a una mesa haciendo volar los boligrafos unos centímetros. 

Es evidente que todos estamos padeciendo la situación provocada por el maldito Covid-19. Comercios, fábricas, transportes,…. y como no podía ser de otra manera, la fotografía. Especialmente los fotógrafos de bodas

Muchos de nuestros trabajos se están cancelando (por suerte los que menos) y la gran mayoría se están aplazando. Pero no es lo mismo aplazar una sesión de comunión que un reportaje de boda. No es lo mismo aplazar una sesión de familia que un reportaje de boda, como tampoco una sesión de moda, boudoir o producto que un repor…. ya sabes.

Para empezar, los reportajes de boda no se organizan de un día para otro por lo que la mayoría ya han sido cancelados hasta el próximo año.

Los novios quieren casarse en plenas condiciones. Con todos sus invitados presentes y sin escatimar en besos y abrazos que para eso somos latinos.

Sin embargo pueden pasar varias cosas. Que por x motivo esos novios finalmente decidan no casarse. O que te digan que han elegido un día que tu ya tenías comprometido previamente con otra pareja. ¿Qué haces ahora? Yo en mi caso los reportajes de boda los cubro yo y no mando nunca a nadie a que me sustituya. ¿Con qué boda me quedo? Elijas la que elijas, quedarás mal. 

Imagínate que un fotógrafo de bodas hace 20 bodas al año, por poner un ejemplo. La mayoría entre los meses de abril, mayo, junio, julio, agosto, y septiembre. Unas en tu ciudad y otras fuera de ella. Una media de un reportaje de boda por fin de semana. Sería bonito poder decir…. «este año 2020 ha sido como unas vacaciones pero el año que viene en vez de 20 tendré 40. Las de este 2020 y las que corresponden al 2021».

Pero no nos engañemos. Eso no ocurrirá. Quizá alguna más con algo de suerte pero muchas de ellas coincidirán en fecha. O no lo harán pero no podrás cubrirlas por estar de vuelta de viaje de otra comprometida en otra ciudad lejos de la tuya. Tampoco nos engañemos. Seguro que conoces el dicho de: «quien mucho abarca poco aprieta». ¿Trabajarías igual 40 bodas en una temporada que 20? ¿Cumplirías plazos? ¿O te meterías tanta prisa que la calidad general del trabajo resultaría mermada? Supongo que esto dependerá de cada uno y de su responsabilidad.

En fin. Ahora son días en los que se habla de los sectores más afectados por el coronavirus y en ninguna ocasión se ha nombrado a los fotógrafos de bodas. Al menos yo nunca lo escuché. Una verdadera lástima este año en blanco que vamos a pasar y una zancadilla económica en cada familia cuya profesión dependa de la fotografía de boda.

Aprovecharemos, eso si, para reciclarnos, estudiar y volver más fuertes que nunca para el próximo año. Mucha fuerza a todos y cuídense mucho de ese maldito bicho. Al menos tengamos salud!!